
Clara Elisa Ospina Franco cumplió le 19 de agosto 100 años y, según las valoraciones de su médico, tranquilamente podría durar 10 más.
Ella se siente orgullosa y disfruta de su cumple, sin embargo, la idea de vivir otra década no parece seducirle mucho.
Su salud es envidiable, está más entera y consciente que una muchacha de 15 y lo único que la aqueja, son algunos problemas auditivos, que soluciona fácil con la ayuda de su nieta Luisa o de unas de sus nueve hijas, quienes se acercan al oído para hablarle.
Sentada en un sillón de la sala de su casa, en el barrio Santa Fe, en inmediaciones del aeropuerto Olaya Herrera, dialogó por cerca de una hora con el equipo periodístico de Q’HUBO, sin el mínimo asomo de cansancio.


“Me parece mucha gracia, que después de tantos años y tantos hijos esté viva”, comentó.
Tuvo 9 mujeres, que dejaron como descendencia 12 nietos, 3 bisnietos y uno más que viene en camino.
¿Cómo vivir tanto?
Considera que uno de los secretos para vivir tantos años es “ser muy responsable en todo, manejarse bien y no desmandarse”.
Sus hijas consideran que la buena vida que le dio su esposo, Luis Felipe García, quien falleció después de celebrar los 50 años de casados, sumado a la unión y el amor de la familia, han sido claves en su larga existencia.

“Ha sido duro levantar una familia tan numerosa, si con uno solo es duro, ahora imagínese nueve”, indicó.
A sus hijas las vio nacer en Pensilvania, Caldas, pero desde 1979 toda la familia se radicó en Medellín. Ella no recuerda hechos de la historia que la hayan marcado en este centenar, pero sí de su vida personal.
“Cuando el Papa vino a Medellín corrimos mucho para verlo, también me acuerdo sobre todo de las Bodas de oro con mi esposo”, dijo.
Sus hobbies
Pasear ha sido desde hace muchos años una de sus actividades preferidas. Gracias a su espíritu aventurero y al apoyo de sus hijas, conoció Cali, Cartagena y Santa Marta, entre otras ciudades.
Incluso aprovechó que una de sus herederas estaba radicada en España y se dio un vueltón por territorio ibérico.
Jugar perinola y dominó y ver Televid, también están entre sus preferencias. Hasta hace poco cosía, actividad que la cautivó desde muy joven y le ayudó a fabricarle a sus hijas los uniformes de la escuela y los trajes de Primera Comunión, entre otros.
Asegura que sus hijas Dolly, Luz Mery, Rocío, Dora, Ruby, Obeida, Edith, Nancy y Gloria Patricia se volaban a bailar cuando eran jóvenes y ella no dudaba en aventarlas con el papá.
Ahora en cambio no la desamparan y le dan gracias a Dios por celebrar con ella un año más de vida.

“Mi abuela es el pilar de esta casa, nadie se mueve para ningún lado sin su bendición”.
Luisa Vélez, nieta