Con sillas de ruedas alegra a los peluditos

Pedro Arcila se convirtió en un ángel para muchos perros que no podían caminar, les elabora sillas de ruedas.

SILLAS DE RUEDAS PERROS
La casa de Pedro, en el barrio Manrique, solo tiene dos habitaciones. Sin embargo, allí acondicionó un hogar de paso para perros y gatos, además del taller en el que elabora las sillas. /FOTOS: JAIDER ESCOBAR

Pedro Arcila Echeverri no conocía ni el amor que tenía hacia los perros ni la capacidad que tenía de alegrarles la vida. Un día adoptó uno y en su intención de buscarle pareja se percató de la difícil situación que viven muchos de ellos.

Fue así como decidió convertir su casa en un hogar de paso para los caninos, en el que espera con paciencia que los adopten.

A Alaska, una de las tantas que llegó a su casa, nadie la quiso adoptar porque tenía una displasia de cadera. Ante la carencia de recursos para operarla o conseguirle una silla, él se dio a la tarea de hacerle una y con el paso de los días, se convirtió en un especialista en la materia.

Sillas de ruedas de los perritos
Además de su esposa Luz, seis perros, que nadie adoptó, lo acompañan a hacer su trabajo. En este caso, una silla para Matías, a quien se le dificultaba caminar. / FOTO: JAIDER ESCOBAR
SILLAS RUEDAS PERRITOS
El valor de las sillas oscila entre 280.000 y 800.000 de acuerdo a las especificaciones. Con parte de lo que recoge ayuda a otros perros con situaciones adversas. / FOTO: JAIDER ESCOBAR.

“Yo me dije, yo soy capaz de hacerla y me apropié de la filosofía de los japoneses, que cogen lo que ven por ahí y lo hacen mucho mejor”, expresó.

Aseguró que en inicio le apostó a hacerlas similar a unas que había en el mercado, pero luego logró mejorar la elaboración y los elementos que utiliza, en pro de los animalitos.

“Primero las hacía en hierro, ahora son en aluminio. Y si en una desvelada, de las tantas que tengo, me encuentro algo diferente, lo aplico. De hecho, estoy trabajando en un nuevo modelo, con el que voy a sorprender”, confesó.

También piensa en los perros ciegos

Pedro, quien trabaja de la mano con su esposa, Luz Mirian Ospina, no deja pasar por alto ningún detalle y se ha enfocado en hacer las sillas de acuerdo a las características y limitaciones de cada perro.

Q’HUBO acompañó la entrega de una silla para Matías, quien tiene problemas de movilidad, pero además se quedó ciego por la edad.

“Costó buscar la solución, pero me las ingenié para hacerle un cerco que impide que se golpee con los obstáculos. Eso le ayudará a tomar confianza”, concluyó.

310 3934617 número para quienes quieran contratarlo o ayudarlo en su causa de socorrer perros.

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