¿Se podía hacer más por Gisela?

Andrés aún tiene dudas sobre la muerte de Gisela, su esposa, tras una cirugía plástica

Gisela
Andrés sostiene la foto de Gisela Padilla, una enfermera que falleció el 7 de junio de 2022 tras someterse a una liposucción. /FOTO: ANDRÉS CAMILO SUÁREZ

El pasado 7 de julio se cumplió un año de la muerte de su esposa Gisela y Andrés sigue soñando con ella. Uno de los sueños más recientes se sintió demasiado real.

Antecedente: Cuando las cirugías plásticas no salen como lo esperaba

Estaban en la casa él, ella y sus dos hijos de 12 y 15 años. Todos estaban sentados en el piso haciendo una tarea. Tenían que hacer un cuerpo humano en fomi. Ella sacaba adelante la manualidad.

“Si ve que sí podía hacerse, así sin tanto rodeo. Mañana no se le olvide llevarla al colegio”, le dijo a su hijo.

Andrés, en una esquina, solo la miraba. “Es que usted nunca se debió haber ido”, le dijo. Ella se acercó a Andrés que para ese momento sentía como lloraba a chorros “Por favor, no se vaya”, le dijo de nuevo a su esposa.

La mujer se acercó a preguntarle si estaba triste. Ella también lloraba a mares. “Tranquilo, no llore. Usted sabe que no me puedo quedar, solo me dieron permiso para venir a hacer esto, pero ya me tengo que ir”, dijo.

“Al menos dígame dónde está“, le preguntó él.
“Ya sabe que no le puedo decir. Me tengo que ir”, respondió ella.
Andrés solo pudo pedirle algo “lléveme con usted”.
“No, no me lo puedo llevar, no es su momento, no se puede ir” respondió la mujer antes de que Andrés despertara.
Al otro día no dudó en contarle a una allegada que lo regañó.
“Y si se lo hubiera llevado”, le preguntó.
“Se sentía tan bien, yo me sentía tan tranquilo, una bacanería, yo me quería quedar ahí“, le respondió.

El caso de Gisela

Es que desde ese 7 de julio de 2022 Andrés perdió la tranquilidad. No hace si no preguntarse que habría pasado si ella se hubiera arrepentido de operarse o si se podría haber hecho algo más para que su esposa estuviera aún con él y con sus dos hijos.

Gisela tenía 42 años y era una reconocida enfermera. En Metrosalud la recordaban por haber sido jefe de enfermería en la sede de San Cristóbal, aunque para la época de su muerte trabajaba como profesora. Era mamá de dos niños de 12 y 15 años de edad.

Quería descrestar en su cumpleaños

El 31 de julio de 2022 Gisela iba a cumplir 43 años. Tenía en mente ponerse un vestido para ese día y quería verse linda. Por eso, le contó a su esposo que se quería hacer una abdominoplastia.

“Le dije ‘hágale’, pero pilas que no vaya a ser en cualquier parte”, recordó.

Días más tarde, Gisela le dijo a Andrés que quien la iba a operar era una mujer, pero no le dijo nada más, y que la cirugía le costaría 15 millones de pesos, de los cuales, 5 los pagó y los otros 10 se los financiaron. Con todo listo se llegó el 6 de julio del 2022. Le pidió a Andrés, quien también trabaja como enfermero, que la acompañara y él no lo dudó.

La noche antes, Andrés estuvo de turno y justo ese día hubo más trabajo en el horario cercano a su salida y terminó más tarde de lo esperado. Cuando salió del trabajo, se dio cuenta de que no tenía plata en efectivo y tuvo que caminar mientras encontraba un cajero. Lo cogió el día.

Mientras tanto, Gisela, que había quedado de llegar a la clínica donde la iban a operar a las 8:00 de la mañana, seguía en la casa esperando a que Andrés llegara. Cuando por fin apareció, ella echaba chispas.

“Vámonos a ver, ahora es que me cancelan eso”, le dijo mientras se montaba a un taxi.

Aunque la cita era a las 8:00 de la mañana, llegaron a las 9:40 a.m. a una clínica en El Poblado. No quiso ni entrar y fue Andrés el que llegó a la recepción. No hubo ningún problema, solo le dijeron que entrara y esperara.

“Ojalá ese día le hubieran cancelado la cirugía”, dice ahora su esposo.

La muerte de Gisela

A Gisela la ingresaron al quirófano faltando 10 minutos para las 11:00 de la mañana del 6 de julio de 2022 para practicarse una liposucción y una abdominoplastia. Andrés la esperó afuera hasta las 5:00 de la tarde, cuando a su esposa le dieron salida.

Se fue en una ambulancia para su casa, pero en el trayecto, Gisela se descompensó. “En la ambulancia me decía, Flaco, cuídeme a los niños, y se desmayaba”, recordó Andrés.

La mujer no se sentía bien, estaba ansiosa e inquieta y por eso la regresaron a la clínica en donde la habían operado.

Los reportes oficiales del caso dan cuenta de la que le pusieron sangre y la estabilizaron y a eso de las 2:00 de la mañana, cuando Gisela ya se notaba más tranquila (hidratada y sin problemas para respirar, según dichos reportes), se la volvieron a llevar para la casa. La acompañaba una enfermera.

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/ FOTO: CAMILO SUÁREZ

La noche fue terrible

La noche no fue la mejor y Gisela siempre se quejó, pero la enfermera le aseguraba a Andrés que “todo era normal”.

Para ese momento, Andrés ya ajustaba dos días sin dormir y necesitaba descansar, pues al otro día trabajaba y como Gisela tenía cita en la mañana, trató de dormir.

“Luego la enfermera dijo que me había desatendido de la paciente”, dijo.

En la mañana siguiente Andrés se fue a trabajar y Gisela y la enfermera esperaron a una de sus hermanas para acompañarla a la cita.

A las 8:12 a.m. del 7 de julio de 2022 Gisela llegó a la clínica a la revisión, pero su estado era muy regular. Presentaba estados alterados de conciencia.

“Se sentó en la acera y no fue capaz de caminar más. La enfermera le decía que caminara, que no se podía quedar ahí“, recordó Andrés.

Ella les dijo que no podía caminar más, que le dolía la cabeza y no veía nada.

“Dijo que era que Gisela estaba haciendo mucho show. Salió una doctora y la entraron en una silla de ruedas”, recordó.

Fue en esas cuando la hermana de Gisela escuchó: “Se nos complicó“, la intubaron y llamaron a una ambulancia. Para ese momento, Andrés, que ya estaba en el trabajo, recibió una llamada de su cuñada. Estaba llorando.

“Andrés, ella está muy mal, ¿a ella por qué la trajeron así? Y la enfermera con esa regañadera, que porque no caminaba”, le dijo.

Como pudo, salió volado de su trabajo y se fue para la Clínica Las Vegas, a donde trasladaron a su esposa que llegó a las 8:47 de la mañana. Cuando él llegó vio a su cuñada llorando. Gisela llegó sin signos vitales y nada se pudo hacer por salvarla.

Como a la media hora, cuando Andrés trataba de asimilar lo que estaba pasando, el anestesiólogo y una mujer, quien le dijo que era la cirujana que la había operado, llegaron a la clínica. Era la primera vez que Andrés la veía.

“No sabemos qué pasó. Usted vio todo lo que hicimos”, le dijeron al tiempo que le daban el pésame. “Esperemos a ver qué dice Medicina Legal”.

Las causas de la muerte

En noviembre estuvo listo el dictamen de Medicina Legal. El informe indica que Gisela murió a causa de una embolia grasa que comprometió el pulmón y el cerebro.

Esta es quizá una de las complicaciones más comunes que se presentan en este tipo de procedimientos y de hecho, está en el consentimiento informado que Gisela firmó antes de ser intervenida.

Andrés, como enfermero, lo sabe. Sin embargo hay varias preguntas que le quitan la paz.

Si los síntomas de su esposa eran tan evidentes, ¿por qué siempre le dijeron que era normal lo que le estaba pasando? ¿Se habría podido haber hecho algo más? ¿Esperaron mucho tiempo para llevarla a un hospital de mayor complejidad?

Otra cosa que le molesta es lo que ha venido de ahí en adelante. Cuando ha preguntado por la póliza de su esposa, le dijeron que lo que él quería era plata y que era muy interesado y que el seguro que ella tenía no cubría la muerte.

¿Qué es una embolia grasa?

El dictamen de Medicina Legal indica que Gisela murió por una embolia grasa que comprometió su pulmón y su cerebro lo que ocasionó una insuficiencia respiratoria aguda.

Esta es una de las complicaciones que más se pueden presentar durante un procedimiento como una liposucción.

Y es que en una cirugía de este tipo, existe la posibilidad de que pequeñas cantidades de lípidos (o grasas) ingresen a los vasos sanguíneos y viajen por la sangre hasta llegar a los pulmones. Esto puede generar una obstrucción que puede resultar en una insuficiencia respiratoria inmediata.

Algunos especialistas han indicado que en toda cirugía plástica existen riesgos de complicaciones. Por eso, están enumeradas varias de estas complicaciones en los consentimientos informados que firman las pacientes antes de someterse a una cirugía. Incluso un paciente sano o joven puede sufrir alguna complicación.

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¿Qué dicen los médicos?

Q’HUBO quiso hablar directamente con la doctora que la operó, que vale destacar que es cirujana plástica y en el Rethus (Registro Único Nacional del Talento Humano en Salud) aparece que cuenta con esa especialidad. Sin embargo, la vocera de la cirujana nos pidió enviar las preguntas a un correo electrónico para responderlas, quien envió, vía email, la respuesta a las preguntas formuladas a los médicos que participaron en los hechos.

“La señora Gisela buscó de manera directa y exclusiva a la cirujana plástica por resultados obtenidos por amistades cercanas a ella, contó con una preparación prequirúrgica de casi seis meses previos a su procedimiento quirúrgico“, indicaron.

Consultados sobre por qué la paciente, luego de salir de la cirugía, fue llevada nuevamente en ambulancia a la clínica en donde fue operada, indicaron que se tomó la decisión porque se tornaba inquieta y “no acataba las recomendaciones, por lo cual, la enfermera encargada de su cuidado, decidió, incluso en compañía del esposo de la paciente que es jefe de Enfermería, retornarla a institución”, indicaron. Según dijeron, en ese momento Gisela no mostró signos de dificultad respiratoria o cualquier otro signo de alarma. Cuando estuvo estable le dieron de alta, lo cual estuvo “avalado por el anestesiólogo”, informaron.

Por otra parte, indicaron que tal como lo determinó Medicina Legal, Gisela murió por un embolismo graso, un riesgo que está presente en todas las cirugías.

“El embolismo graso puede ser fulminante y por tanto, que no existe nada que pueda evitarlo”, indicaron.

Sobre la noche anterior a la muerte de Gisela, aseguraron que la decisión de remitir a un centro médico de mayor nivel se encuentra dada si se presentan los siguientes signos de alarma: dificultad respiratoria, tos con sangre, desmayos continuos, hemorragias severas, que “darán lugar aún sin la comunicación directa con el médico tratante de dirigirse de urgencia a un centro médico asistencial”.

“Precisamente, la enfermera se encontraba capacitada y entrenada para detectar dichos signos. En el caso de la paciente no se presentó ningún signo de alarma así mismo, se encontraba monitorizada constantemente, lo que permitió una vigilancia de sus signos vitales y saturación, y contó también con un seguimiento telefónico permanente por parte del anestesiólogo encargado del alta médica de la paciente después de su procedimiento quirúrgico”, indicaron.

La paciente contaba con su revisión

Aseguraron que al día siguiente, “lamentablemente, de manera súbita y repentina, presenta paro cardiorrespiratorio que hizo necesario activar código azul y remitir de manera inmediata a un centro médico de mayor nivel”.

Y añadieron: “Aún estando hospitalizada o en cualquier otra circunstancia, la paciente que padece de dicha complicación, se torna imprevisible e irresistible y no hay ninguna medida de prevención que pueda tomarse para evitar su concreción y posterior fallecimiento”.

En cuanto a si la paciente adquirió una póliza, indicaron que contó con un “servicio mejor que una póliza de complicaciones posquirúrgicas que garantiza el apoyo, acompañamiento y cubrimiento de complicaciones médicas que ocurran como consecuencia de la realización de un procedimiento quirúrgico”.

Sobre este servicio aseguraron que cubría los gastos médicos, hospitalarios, quirúrgicos y/o farmacéuticos, incurridos en las clínicas o tratamientos médicos autorizados y originados por una complicación ocurrida y diagnosticada dentro de los 30 días siguientes a la realización del procedimiento quirúrgico.

Además, aseguraron que por parte de la cirujana plástica e institución se adquirió sin costo alguno para la paciente, una póliza de complicaciones posquirúrgicas.

“Lo anterior, quiere decir, que se encontraba con múltiples beneficios que serían brindados por la institución de salud y con la aseguradora. De otra parte, se realiza la aclaración de que en Colombia, no existe ninguna obligación legal de realizar un procedimiento quirúrgico previo la adquisición de una póliza de vida o póliza con una determinada entidad aseguradora”, concluyeron.

Para tener en cuenta

Q’HUBO consultó en el Rethus, que es el Registro Único Nacional del Talento Humano en Salud, y pudo constatar que la doctora que operó a Gisela sí cuenta con la especialidad de Cirugía Plástica. El Rethus es un sistema de información del Ministerio​ de Salud.

Cualquier ciudadano puede acceder a este sistema (solo debe poner la palabra Rethus en Google) para consultar si algún médico, odontólogo o enfermera cumple con los requisitos establecidos en la Ley 1164 de 2007, es decir, si esta persona se encuentra autorizada para el ejercicio de una profesión u ocupación del área de la salud. También aparece si el profesional por el que usted consulta tiene alguna sanción de los Tribunales ético-disciplinarios del área de la salud, o demás autoridades.

Lo único que se necesita para hacer la consulta es conocer el nombre completo de médico y su número de cédula.

Informe especial / Entrega 2

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